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Foto: Prensa Belgrano
Ante Godoy Cruz, Belgrano padeció su tercera derrota de la Copa de la Liga.
Si bien no tuvo el rendimiento esperado, esta vez el Pirata logró al menos generar diversas aproximaciones y situaciones de gol, algo que no venía sucediendo en anteriores encuentros.
¿Cómo se crearon esas chances?
En primer lugar, la fase del juego que más rédito le dio a la B fue la pelota quieta. Aunque fueron acciones indirectamente derivadas de esa vía, el equipo estuvo cerca de marcar por medio de dos remates de Passerini y Delgado. El poste y la sólida labor de Petroli disiparon el peligro.
Pelotas quietas
La transición defensa-ataque fue otra de las fases que Belgrano empleó a la hora de llevar riesgo. Una combinación entre Reyna y Passerini culminó con un remate de Metilli que se fue cerca.
Transición defensa-ataque
A través de un ataque organizado, Belgrano generó una de las situaciones más interesantes, no por la finalización sino por la implementación de cambios de orientación -combinado y directo-, un recurso siempre efectivo pero poco utilizado por el equipo celeste: la acción nació en la banda izquierda, transitó todos los carriles hasta llegar al costado derecho, prosiguió con un duelo ofensivo ganado por Barinaga más un centro al segundo palo, y terminó con un disparo de García que salió afuera.
Cambios de orientación combinado y directo
La última chance de riesgo del Pirata provino de una presión alta de Chavarría en segunda jugada, continuó con centro y finalizó con una ejecución de Passerini que lamentablemente no culminó con gol.
Más allá de la derrota y la poca fluidez que la B muestra al momento de buscar el arco rival, lo cierto es que las situaciones de riesgo igualmente existieron ante Godoy Cruz. Ello, en el actual contexto de frustración por la falta de resultados positivos, es al menos un mínimo punto a favor pensando en las mejoras que el equipo necesita para comenzar a revertir el magro comienzo de copa.
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