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Foto: Prensa Belgrano
En su último partido, correspondiente a la fecha 10 de la Copa de la Liga, Belgrano igualó ante Central Córdoba por 1 a 1 con gol de Facundo Lencioni.
Dicha anotación se gestó en una muy buena maniobra colectiva del equipo que, en lugar de atacar con lanzamientos verticales hacia la zona de definición, optó por sumar pases apelando a un recurso efectivo: el cambio de orientación.
Por esa vía, el equipo no soló abrió el marcador, sino que también creó varias situaciones de peligro en el segundo tramo del primer tiempo y los pasajes iniciales del complemento. ¿De qué manera?: atrayendo rivales en una banda y culminando en el sector opuesto donde la congestión es siempre menor.
Para construir ese cambio de orientación fue clave dar amplitud, haciendo ancho el campo y obligando al bloque adversario a bascular, movimiento que habitualmente genera espacios para progresar.
Después del gol, Belgrano mostró dificultades para administrar sus posesiones debido al trabajo de presión de Central Córdoba sobre el eventual poseedor, el marcaje frente a los receptores y la intensidad para disputar segundas jugadas.
El cambio de orientación y las chances de gol:
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